Cuidar el cordón umbilical de tu hijo es muy sencillo. Sólo tienes que mantener la zona limpia y seca para que no se infecte y hacer las curas del ombligo con una solución antiséptica.

  • Limpia su ombligo con una gasita empapada en agua jabonosa y sécalo.
  • Báñale aunque no se le haya caído el cordón, pero no le dejes la piel húmeda.

El cordón umbilical os ha unido al bebé y a ti durante el embarazo; a través de él le aportabas el oxígeno y los nutrientes que necesitaba para alimentarse y crecer dentro del útero. Tras el parto, el médico lo sujeta con dos pinzas hemostáticas que detienen la hemorragia y lo corta a unos 4 cm del abdomen del niño. Después pinza el trozo del cordón sobrante con unos clips especiales de plástico. Este resto tarda de una a tres semanas en caerse, periodo en el que tendrás que mantener esta zona aseada y seca para que no se infecte.

Ombligo limpio y seco

En el hospital, la matrona o la enfermera te enseñarán cómo hacer las curas diarias. Puedes seguir estos pasos:

  • Después de lavarte las manos, retira la gasa que envuelve el cordón.
  • Con una mano sujeta la pinza. Con la otra, empapa una gasa estéril con agua jabonosa (utiliza jabón líquido neutro) y limpia con suaves toques el ombligo y la piel de alrededor. Realiza esta operación una o dos veces al día, lo que te indique el pediatra.
  • Además de este cuidado diario, la mayoría de los pediatras recomiendan desinfectar el cordón una vez al día o una vez cada dos días. Debes hacerlo del siguiente modo: después de bañar a tu pequeño, colócalo sobre el cambiador, empapa una gasa en alcohol de 70º o clorohexidina (líquido antiséptico transparente) y desinfecta, dando toques suaves, la zona del ombligo. Ten mucho cuidado, porque si usas demasiado alcohol puedes llegar a quemar la delicada piel de tu hijo. No uses mercurocromo (antiséptico de color rojo); no es conveniente y no podrías valorar la herida y comprobar si enrojece o presenta otros síntomas de infección. Tampoco emplees antisépticos con base de yodo, ya que el bebé puede absorberlo a través de la piel y sufrir problemas de tiroides.
  • Después de limpiar o desinfectar su ombligo, seca bien la zona (pero con suavidad, sin frotar). Coge otra gasa seca y enróllala alrededor del cordón. Cuando le pongas el pañal, sujeta con éste el apósito sin que le oprima el abdomen. Algunos pediatras aconsejan dejar esta zona al aire y cubrirla con un pañal especial para recién nacidos, que cuenta con protector de ombligo.
  • Cámbiale la gasita siempre que se le moje o se le ensucie. Cuida de que la herida esté siempre limpia y seca.

¿Tardará en caerse?

La caída del cordón suele producirse entre 3 y 10 días después del nacimiento, aunque a veces se retrasa hasta la tercera o cuarta semana, algo que es más frecuente en los bebés nacidos por cesárea. Cuando esto suceda, verás por primera vez el ombliguito de tu hijo (como todo en él, es único) y notarás que está morado e incluso es posible que supure un poco durante uno o dos días. La cicatrización suele producirse de 3 a 5 días después de la caída del muñón, aunque el pequeño moratón puede tardar semanas en desaparecer totalmente.

Mientras tanto, no es necesario que bañes a tu bebé por partes, puedes sumergirlo en su bañerita desde los primeros días. Eso sí, siempre que el baño sea corto (de unos 3 minutos) y le limpies con cuidado. Después tendrás que secarle bien, con toquecitos muy suaves y sin frotarle, para que su piel en esta zona esté siempre limpia y seca.

Tendrás que llevarle al pediatra si:

  • Si el cordón tarda en caer más de cuatro semanas. Puede ser una infección, maceración por humedad o una alteración inmunológica.
  • Si la piel del ombligo se enrojece, si la base del cordón supura o despide mal olor o si el bebé tiene fiebre, ya que puede sufrir una infección.
  • Si sangra en exceso. Los pequeños sangrados son frecuentes cuando se desprende el cordón, pero si son abundantes puede deberse a un traumatismo, a una mala ligadura o a otras alteraciones.
  • Si notas un bultito blando en el ombligo del bebé. Puede tratarse de una hernia umbilical, aunque en la mayoría de los casos se corrige sola, sin necesidad de operar.
  • Si aparece un bulto rosado cuando ya se ha desprendido el cordón. Puede ser un granuloma.

¡QUÉ ÚTIL!

Conservar la sangre del cordón (rica en células madre) de los recién nacidos, por si pudiera curarlos en el futuro, es cada vez más común. Los padres pueden optar por donarla de forma altruista a uno de los seis bancos públicos que hay en España o preservarla para uso de su bebé en un banco privado, lo que cuesta entre 1.300 y 1.800 euros. Eso sí, las muestras de los bancos privados están a disposición de la sanidad pública.