Según especialistas en dermatología, los puntos negros no se pueden prevenir ni con una limpieza especial, ni con la alimentación adecuada, ni tampoco influye la climatología, como puede ocurrir en otro tipo de comedones, los cerrados. Por tanto, sólo tenemos la opción de eliminarlos cuando salgan.

La razón del tratamiento de los comedones abiertos es exclusivamente por motivos cosméticos. Cuando la persona decida quitarlos, lo mejor es que se ponga en manos de un dermatólogo, que es el profesional médico realmente especializado en cosmética, para que se los saque con un sacacomedones, un instrumento que sirva para extraer el material negruzco.

El tratamiento cosmético, denominado «extracción de comedones», consiste en una limpieza de cutis. En primer lugar, se limpia la piel con productos específicos para cada tipo de piel, como una leche o gel; luego se realiza una exfoliación con el fin de eliminar las células muertas acumuladas; y finalmente se extraen los puntos negros con el sacacomedones, que es un utensilio con forma de cucharita con una abertura en el centro, con el que se presiona a ambos lados del punto negro para sacarlo.

Este tratamiento puede realizarse una vez al mes pero esto dependerá de las necesidades de cada persona y la tolerancia que tenga su piel. Hay pacientes con mayor componente lipídico (más grasas) que lo aguantan mejor y que pueden hacerse una extracción de comedones con esta frecuencia mensual; sin embargo, hay pieles sensibles que necesitarían hacerlo en intervalos de tiempo mayores.

Lo que bajo ningún concepto se permite es la extracción manual de los comedones abiertos con los dedos, puesto que dicha maniobra facilita la infección de las lesiones cutáneas.