• Las piernas cruzadas y los brazos reposando sobre ellas, postura ideal para relajarse.
  • Ejercicios contra el estrés y la ansiedad.
  • Sin necesidad de ir a un centro especial, en nuestra propia casa podemos realizarlo.

Uno de nuestros males es el estrés, incluso la hiperactividad. Estamos tan ansiosos que a veces ni nos damos cuenta de las tensiones que ello va generando en nuestro cuerpo. Muchos incluso ignoran que lo que tienen es ansiedad. Sería importante por ello encontrar alguna manera de detener el ritmo y poder dedicar a nuestra tranquilidad al menos unos minutos al día, de manera que logremos incorporar una suerte de disciplina tranquilizadora a nuestras vidas.

Además de practicar yoga o técnicas de relajación, podemos realizar en casa sencillos ejercicios que no nos llevarán más de veinte minutos al día. Lo mejor, evidentemente, sería acudir a un centro de yoga, pero si no se puede, intentaremos desde nuestra casa y a la hora que mejor nos venga realizar un sencillo ejercicio.

Estamos tan ansiosos que a veces ni nos damos cuenta de las tensiones que ello va generando en nuestro cuerpo

El ejercicio que proponemos es uno de los más fáciles. Proviene del yoga mental.

Para realizarlo, nos sentaremos en alguna superficie que no sea ni muy dura ni muy blanda. Estaría bien una alfombra. Tener la espalda apoyada en la pared, manteniéndola muy recta también es aconsejable. Las piernas pueden ponerse cruzadas y las manos reposando sobre ellas, pero si nos es incómoda esta posición podemos colocarnos como queramos, eso sí: espalda muy recta y bien apoyada en la pared.

Con poca luz en la estancia y el menor ruido posible cerraremos los ojos y comenzaremos a prestar atención a nuestra respiración. Hemos de notar cómo el aire llega hasta el estómago hinchándolo ligeramente y cómo luego sube por nuestro cuerpo. Tanto la inhalación como la exhalación se harán por la nariz. Contaremos del uno al diez y volveremos a empezar: cuando inhalamos, contamos uno; cuando exhalamos, dos; volvemos a inhalar, tres… y así hasta diez y vuelta a empezar. Lo ideal es comenzar con cinco minutos e ir alargando el tiempo hasta los veinte. Todos los días un poco y enseguida notaremos los beneficios.

Es importante no mover el cuerpo mientras realizamos este ejercicio, se trata de dejarlo en silencio para ir relajando paulatinamente la mente.