Aunque no te lo creas, las cejas definen tu mirada mucho más que cualquier maquillaje, y también ayudan a endurecer o dulcificar tu rostro.

No te lances con las pinzas. Limpia bien la zona con un tónico. Lo primero es dibujar bien la forma que deben tener. Coge un lápiz de ojos y una regla. Pon el extremo de la regla contra la aleta derecha de la nariz, e intenta ponerla recta hasta el entrecejo. Ahora ya puedes retirar los pelos que se encuentren fuera de esa línea. Ese será el comienzo de las cejas. Para saber dónde deben terminar, coge la regla y traza una línea que pase desde el extremo de la aleta en diagonal hasta el rabillo del ojo. Quita los pelos que estén fuera del punto en el que se cruza con la ceja. Haz lo mismo con la izquierda.

El arco es algo más complicado. Pon la regla en el extremo de la aleta y cruza la pupila de tu ojo por el centro. En la continuación de esta línea debe estar el punto más alto de las cejas. Pero debes tener en cuenta que si tienes la cara muy redonda, conseguirás un efecto más estilizado si subes algo más el arco.
Ante todo, no las depiles por encima, siempre por la parte de abajo y no abuses de las pinzas. Con el tiempo, se debilitan y muchas mujeres tienen que acabar pintándoselas.

Trucos:

  • Depílate después del baño: será menos doloroso ya que los poros están más abiertos.
  • Sigue siempre la dirección del pelo para tirar de él y evitarás dejar marcas.
  • Utiliza un tónico después para que la piel se recupere.

Si no te atreves, recurre a un profesional que te haga un buen diseño de las cejas, luego sólo tendrás que mantener la forma.