El abuso del teléfono móvil, motivo habitual de conflicto en la relación de pareja, según Pilar Conde, directora médica de Clínicas Origen.

El tiempo de mirar a la pantalla llega incluso a sustituir al sexo en algunos casos.

La revolución tecnológica ha permitido que los “espacios vacíos” de nuestro tiempo libre se llenen con contenidos que recibimos, en la mayoría de las ocasiones, a través del teléfono móvil. Tal como explica Pilar Conde, las dinámicas sociales han cambiado, en detrimento de la interacción directa, a la que antes estábamos acostumbrados. En otras palabras, hablábamos cuándo estábamos con gente y si estábamos solos observábamos lo que ocurriría a nuestro alrededor o pensábamos, simplemente, en nuestras cosas.

El motivo de esta, cada día más evidente, sustitución de lo virtual por lo real: la inmediatez y la sucesión a la carta de ese contenido antes mencionado: “Al alcance de la mano, y a un solo click tenemos nuestros intereses, nuestras inquietudes, cualquier información que necesitemos, o cualquier curiosidad; es muy fácil conseguirlo.”

Miramos y miramos el teléfono móvil en cuanto tenemos en un momento. Si trasladamos este tick a estadísticas, un estudio publicado en ‘Cyberpshycology, Behavior, and Social Networking‘, asegura que el 1,5% de la población española vive enganchada a su teléfono móvil. Hablamos de casi cerca de 670.000 personas, que se sienten intranquilos si no tienen su teléfono a mano.

Padecen nomofobia, miedo irracional a salir de casa sin el teléfono, pero también ansiedad si no lo tienen cerca, si no lo han mirado en un rato, si no están “conectados”.

Este temor dificulta todas las relaciones sociales de la persona, y la relación de pareja, y el sexo, por consiguiente, no iban a ser menos. Según explica la directora técnica de Clínicas Origen, el uso y abuso del teléfono móvil es un motivo habitual de consulta y discusión entre la pareja. Si uno de los dos dedica el tiempo destinado a estar juntos a mirar la pantalla, el conflicto surge irremediablemente.

Para la experta, son dos las claves para que el teléfono móvil no se lleve por delante nuestra relación: organización y límites. Delimitar los tiempos destinados a la pareja, al diálogo, a compartir situaciones, emociones y marcar límites a ese extraño que poco a poco ha comenzado por llenar silencios y que cada vez va ocupando mayor hueco en la relación. Si ambos consiguen organizarse y poner límites a la “adición digital”, “lograrán poner atención plena en otros aspectos que son prioritarios para ellos”. Lo importante, añade la psicóloga “Es que la pareja continúe teniendo tiempo de calidad entre ambos, en los cuales puedan comunicarse, expresar afecto, tener sexo, realizar actividades conjuntas en las que el teléfono móvil esté apartado y la prioridad sea la relación de pareja.

Por supuesto, este tiempo de calidad debe reservarse también para el sexo, uno de los ingredientes que marcan el buen funcionamiento de una relación. Para que notificaciones, alarmas, mensajes y grupos no se metan contigo en la cama, anota estas tres pautas:

  • Si el teléfono móvil está impactando en tu pareja, aborda el tema y llega a consensos respecto al manejo del mismo. Si, por ejemplo, solías tener sexo por la noche, establece un horario de “aparcar” el móvil. No sólo para tener sexo, sino para tener tiempo de calidad con tu pareja.
  • Comunícate con tu pareja sobre el sexo, para que realmente la práctica sexual sea estimulante y placentera para ambos.

Piensa en nuevas prácticas que puedan resultar estimulantes para la relación de pareja.