Cada año mueren en España entre 70 y 150 niños por ahogamiento en playas, piscinas, ríos y embalses y, en el 86% de los casos estos accidentes tuvieron lugar en instalaciones privadas. La causa principal de estos accidentes es la falta de vigilancia.

Factoría Espía, una empresa dedicada a productos de vigilancia y seguridad privada, ha ideado un mecanismo para alertar en este tipo de casos. Se trata de un pequeño aparato, que se acopla como si fuera una pulsera y que emite una señal cuando su portador cae al agua.

La pulsera tiene un sensor con forma de tortuga que al sumergirse en el agua transmite una señal de radio a la estación central que, a su vez, activa la alarma, protegiendo así al niño de los entornos acuáticos peligrosos, como piscinas, lagos o bañeras de hidromasaje.

Este producto, que acaba de salir al mercado y se puede adquirir a través de la página web de Factoría Espía, tiene un precio de 288,84 euros.