Decidimos tener un hijo (por fin vamos a callar a la suegra, que no se cansa de repetirnos que se nos va a pasar el arroz), nos ponemos en marcha, tú te crees que el primer mes tendrás el positivo, ingenua.

Nos pasamos un tiempo a la desesperada, buscando en internet todo lo relacionado con la ovulación, te compras los test de ovulación, que el día que te dice que estas ovulando llamas a tu pareja al trabajo para que venga corriendo, después nos colocamos con las piernas en alto y una almohada en los riñones, tú haces todo lo que has leído, por si acaso.

Poco después de muchos negativos (que el de la farmacia cuando entrabas, ya te tenía el predictor encima de la mesa), llega el positivo, estamos embarazadas.

Desde el comienzo del embarazo, nos sentimos más queridas, atendidas, todo el mundo se preocupa por ti, nuestra pareja se rinde en atenciones (aunque a veces no entiendan nuestros cambios de humor y malestar).

Visitamos al médico y a la matrona todos los meses, ellos también se preocupan por ti, a excepción del médico, que con cara de sargento, ni siquiera te pregunta como te encuentras, y se pasa la consulta hablando en tecnicismos, de los cuales tu no te enteras de nada.

Y la familia, eso es cosa aparte, todos los días suena el teléfono, ¿Cómo estás? ¿Qué tal te encuentras? No te dejan hacer nada, ni siquiera ¡ir a la compra sola!, que no estamos enfermas, solo estamos embarazadas.

En el trabajo tenemos que soportar las caras de nuestro jefe cada vez que le pedimos la mañana para acudir a la consulta, o la de algún compañero que otro, que aunque no te lo va a decir, piensa: “el mes pasado de baja por mareos, ahora por lumbago, que será lo próximo”, claro que siempre hablan los que se llevan de baja una semana por un constipado, a esos les daba yo un embarazo, para que supieran bien de lo que hablan.

Ahora aguanta las peleas de tu madre y la suegra, hay pues yo creo que va a ser niño, no no está claro que va a ser niña, porque yo con mi mayor tenia la tripa así y asa…pero señora, que de eso hace ya 40 años, ahora la ciencia ha avanzado, y tenemos ecografías que nos dicen el sexo del bebé, y eso sin mirarnos si tenemos la tripa redonda o picuda.

Bueno, pues se acerca el momento del parto, tú tienes una fpp (fecha probable de parto) y el médico te da otra aproximada. Ahí hay un margen de ocho o diez días, dios son los peores diez días de todo el embarazo, y lo digo con conocimiento de causa. Si antes sonaba el teléfono una vez al día, ahora suena una vez cada hora. Hija ¿estás bien? Si mamá como hace una hora ¿No te sientes nada? este niño que guerra está dando, pobre mío, aun no ha nacido y su abuela ya dice que da guerra. Suena el teléfono, tu cuñada, ¿pero todavía estas así? al final te lo van a tener que provocar, y a ti se te pone una mala leche que…huy se ha cortado.

Tu pareja, esta noche espérate no te vayas a poner de parto, que juega el Real Madrid la copa. Pues nada apretaré las piernas hasta mañana.

Vuelve a sonar el teléfono, tu suegra ¿como estas? ¿Tienes dolor? Tú llama a mi hijo corriendo si te sientes algo, y continúa ¿pero no te notas nada? ¿no tienes ninguna pérdida? En ese momento montas en cólera, claro que tengo perdida, pero la cabeza como no dejéis de llamarme.

Y digo yo, si la naturaleza es muy sabia, y el niño nacerá cuando tenga que nacer. Y por fin llega el gran día, que todos deseaban, y tu tan impaciente esperabas, entre otras cosas para decirles a todos, lo veis como ahí no se iba a quedar, a ver si así te dejan en paz.

Pero eso es lo que tu te crees, porque cuando tienes al niño, vuelven las peleas de la suegra y tu madre, hay lo que se parece a mi hijo, huy no, si es clavadito a mi niña. Ponle bocarriba, no ponle bocabajo por si le viene una flema, no le tapes mucho que hace calor, no, tápale que el nene ahora es muy chiquitín y se puede resfriar. El niño estornuda (acto reflejo de todos los bebés), y tu suegra, lo veis, si ya decía yo que se iba a constipar.

En fin, gracias a dios te queda poco en el hospital y en unas horas estarás sola en casa con tu pareja, y ahí empiezan otros problemas…pero eso es otra historia.

La verdad es que es una de las experiencias más bonitas que una mujer puede tener, sólo os recomiendo que tengáis calma, que no tengáis en cuenta los comentarios de unos y otros, y que disfrutéis. Disfrutad de la experiencia, que es maravillosa y única.