Sigue los consejos más expertos para acertar con tu maquillaje y tu peinado a partir de los 40 y estar estupenda. ¡Toma nota!

El cutis:

  • Los fondos de maquillaje mate te hacen mayor. Cuando cumplimos años, la piel se vuelve más seca y, por tanto, mate y opaca. Por eso es necesario emplear fondos de maquillaje nutrientes que nos den un aspecto de piel fresca, luminosa, jugosa.
  • El tono del maquillaje ha de ser el de tu piel o más claro. En el caso de las pieles maduras puedes elegir hasta dos tonos más claros que el tuyo, para conseguir dulcificar aún más los rasgos y lograr un aspecto más juvenil y luminoso.
  • Elige fondos fluidos o cremosos que se fundan con la piel. Así evitas el efecto máscara que sólo es aceptable cuando se es joven. Dedica tiempo a aplicarlos bien. A partir de los 40 es más necesario que nunca que la piel esté bien tratada.
  • No abuses de los polvos sueltos. En exceso, suman años a tu piel por su efecto aterciopelador.
  • Aplica el corrector exclusivamente donde sea necesario. Puedes hacerlo antes o después de poner la base de maquillaje, pero ten en cuenta que ésta de por sí ya cubre muchas imperfecciones, y eso evita en muchos casos el uso del corrector.

La mirada:

  • Todos los trazos que hagamos en un maquillaje de ojos deben ser ascendentes, para levantar la mirada, y más a partir de una determinada edad.
  • No abuses de los perfiladores ni de las líneas muy definidas, a no ser que tengas unos ojos espectaculares. Ten la precaución de difuminarlos (incluso el eye liner), para no endurecer la mirada.
  • Evita los perfiladores granates o de base rojiza. Los rojos enrojecidos parecen cansados y mayores.
  • Las sombras de ojos deben ser mates o ligeramente irisadas. Cuando son muy brillantes o metalizadas provocan, por efecto óptico, más arrugas en el párpado y, por tanto, añaden edad.
  • Una buena capa de máscara de pestañas beneficia siempre. Con la edad hay que rebajar el maquillaje de ojos, pero no este cosmético, ya que la máscara aviva el ojo y lo agranda.
  • Eso sí, aplícala sólo en las pestañas superiores. Con la edad, en las inferiores, hace que el ojo parezca caído.
  • Maquilla tus cejas. Contribuyen a mantener la mirada más joven, pero con la edad pierden densidad y color (canas).

La sonrisa:

  • Perfila el labio, aunque sea en tonos naturales, para una mayor duración del labial y también para dibujar la boca que, con la edad, se desdibuja.
  • Utiliza barras de labios más bien claras, que darán a tu boca un aspecto más joven y fresco.
  • Los labiales de colores naturales y luminosos dan mayor volumen a los labios, que con el paso del tiempo tienden a afinarse.
  • Evita los tonos mates, y apuesta por un poco de brillo porque da sensación de jugosidad.

El pelo:

  • La melena no debe sobrepasar los hombros. A partir de cierta edad hay que ser de una belleza espectacular para llevar el pelo largo y que siente bien. En la madurez, sientan mejor las medias melenas o los estilos cortos, siempre que no sean demasiado masculinos o marcados.
  • No te lo capees demasiado. Con los años perdemos pelo y, aunque últimamente la tendencia marcaba melenas más escalonadas, ahora se tiende a que sean más enteras, pero, eso sí, desfiladas en las puntas para darles movimiento.
  • Liso mejor que rizado. En la madurez los rizos favorecen menos. Las melenas lisas son más ordenadas y armónicas con los rasgos del rostro.
  • Vuelve el flequillo. Así lo marca la tendencia e, independientemente de la edad, proporciona un toque más actual y joven. “Ayer se lo hice a una clienta de 80 años”, comenta Sandra, nuestra asesora. Pero no flequillos cortos, sino cayendo sobre los ojos o las cejas, ya sean al bies o rectos.
  • Evita los tintes muy oscuros porque endurecen los rasgos. Apuesta por tonos trigo y miel y, cuando se trata de marrones, que sean claros, dorados o cobrizos, y con mucha luz.
  • Las mechas a partir de los 40 favorecen más cuando son homogéneas, sin demasiados contrastes y buscando que den luz al corte. Por eso quedan más naturales no desde la raíz, sino aportando color en las puntas.
  • Los recogidos muy formales envejecen porque quedan demasiado sofisticados y correctos. Hay que apostar por semisueltos o recogidos sencillos, con movimiento y sin mucho volumen, a partir, por ejemplo, de una coleta.
  • En los productos de acabado, busca naturalidad y huye de demasiada fijación. La laca da un aspecto muy acartonado, de poco movimiento. Para un look más rejuvenecedor, hay ceras y pastas que no aportan ni mucho brillo ni mucha grasa y ayudan a fijar y moldear.
  • Se llevan mucho las diademas anchas y también los fulares en el pelo. Aportan un aspecto muy joven porque se llevan, porque son moda. El pasador, en cambio, no rejuvenece demasiado.