Seguro que muchas ya sabéis que la flacidez envejece más que las arrugas. Se empieza perdiendo volumen en los pómulos porque, por la fuerza de la gravedad, va cayendo inexorablemente hacia el tercio inferior lo que, a su vez, provoca la aparición de surcos y la desaparición de la línea mandibular. Es lo que se llama inversión de los volúmenes de la juventud. Hoy en día tenemos la suerte de disponer de técnicas médico-estéticas que corrigen éste y otros muchos problemas que pueden molestarnos para ayudarnos a envejecer con dignidad.

Un día te miras en el espejo y empiezas a notar el paso de los años en el rostro. Es inevitable, es ley de vida y yo personalmente asumo y me alegro por el paso de los años, pero también es verdad que celebro que hoy en día exista la opción, y que además esté a nuestro alcance, el poder corregirlos, si eso es lo que queremos. Por mi parte, no es que pretenda tener el aspecto de cuando tenía 20 años, pero sí puedo retrasar los signos del envejecimiento, en la medida de lo posible, lo haré.

En otras ocasiones ya os he hablado de la medicina estética, por lo que sabréis que el abanico de tratamientos es amplio, aunque las técnicas casi se reducen a tres: los peelings, la tecnología láser y los inyectables. Todos ellos traspasan la dermis y actúan allí donde la cosmética no llega.

Muchas al leer “inyectables” pensaréis que es un tratamiento doloroso, y ya os digo que es una más de esas ideas preconcebidas que no son ciertas. A ver, que te pinchen se nota, pero no es un tratamiento doloroso, además te ponen anestesia con frío y muchas veces ni te enteras del pinchazo. No trato de convenceros a las que sois reacias, pero si que quiero contaros mi experiencia, porque muchas de vosotras me habéis preguntado.

Las que me seguís mas de cerca, sabéis que siempre que tengo que hacerme un tratamiento, acudo a la Clínica Menorca y me pongo en manos del doctor Ángel Martín. El, me da confianza y seguridad.

Antes de conocerle había ido a otras clínicas en las que siempre me animaban a hacerme tratamientos, los necesitara o no, y lo que me gustó del doctor Ángel Martín es que supo entender desde el primer momento lo que me preocupaba y aconsejarme el tratamiento más indicado. Además, siempre prefiere quedarse corto a pasarse, y a mí eso me gusta, porque quiero que el resultado sea totalmente natural y aunque no fuera así, a los 15 días más o menos, tienes una revisión para poder solucionarlo.

Mi experiencia con la Bioplastia

Acudí a la consulta del doctor Angel Martín porque, como os he dicho, empezaba a notar menos volumen en los pómulos y que se me desdibujaba el arco mandibular. El me aconsejó hacerme una Bioplastia, que es una técnica indicada precisamente para aparecer la flacidez y la verdad como siempre que me pongo en sus manos, estoy encantada.

El doctor me fue explicando paso a paso el tratamiento según lo iba haciendo. Primero me puso anestesia local con frío. Después, con una microcánula me inyectó ácido hialurónico para dar volumen en los pómulos y recuperar mi ángulo mandibular. Es un tratamiento que a mí personalmente no me dolió nada y tampoco me salieron hematomas, que en algunas ocasiones pueden salir, pero nada que no arregle un poco de corrector y maquillaje. El tratamiento son 15 o 20 minutos lo que más o menos dura, y cuando sales, vida normal.

Desde el primer momento noté los resultados, y fueron mejorando con el paso de los días. El ácido hialurónico es reabsorbible, los resultados me durarán más o menos un año. Además, noté la piel más elástica e hidratada, que son los beneficios añadidos del ácido hialurónico reticulado, es decir, el que tiene mayor densidad para poder remodelar el rostro.

Esta es mi experiencia, no trato de convenceros. Lo único que quiero es transmitiros que estoy muy contenta con los resultados, porque son absolutamente naturales y yo me veo mucho mejor en el espejo. Es verdad que por malas praxis vemos en las revistas casos de celebrities a quienes se les ha ido la mano, pero no es ese el resultado habitual. Lo normal es que cuando te haces un tratamiento los demás te vean más guapa y no sepan porqué.