Para conseguir un maquillaje de diez, lo más importante es tener una piel perfectamente cuidada e hidratada. No obstante, el resultado final también depende muchísimo del tipo de brochas que se utilicen. Hoy te explicamos los distintos tipos de pinceles que puedes encontrar.

Tipos de brocha de maquillaje

Este tipo de artículos se pueden clasificar en función de distintas características.

Por el tipo de pelo

Las brochas de maquillaje se dividen en dos categorías en función del tipo de pelo: Natural y sintético. No hay uno mejor que otro, simplemente se utilizan para aplicar diferentes tipos de maquillaje.

Los fluidos se aplican con brochas de pelo sintético mientras que el maquillaje en polvo se aplica con pinceles de pelo natural. Normalmente, la mayoría de kits que puedes encontrar en el mercado incluyen ambos tipos de brochas para aplicar todo tipo de maquillaje.

Por el corte de pelo

Dentro de esta línea nos encontramos con cuatro tipos de brochas de maquillaje.

  • Corte plano: Se utilizan para aplicar polvos y bases en el rostro, tanto las fluidas como las compactas. Son las que aportan un acabado más uniforme y natural.

  • Corte redondeado: Son los pinceles más precisos, ideales para aplicar maquillaje en zonas concretas del rostro como por ejemplo las mejillas.

  • Corte en punta: Las mejores brochas para aplicar correctores y contornos en el rostro.

  • Corte biselado: El corte en diagonal de este tipo de pinceles viene de maravilla para aplicar con precisión el maquillaje en zonas que no son planas como los pómulos. Además, permiten un acabado difuminado muy atractivo.

Por longitud de pelo

Si nos fijamos en la longitud del pelo, nos encontramos con dos tipos de brochas. Por un lado, las de pelo corto y denso, las cuales atrapan una mayor cantidad de producto. Y, por otro lado, las de pelo largo, perfectas para un acabado difuminado.

Por el tamaño

En esta línea, lo más aconsejable es guiarse simplemente por el sentido común. Las brochas grandes sirven para aplicar maquillaje en las zonas más amplias del rostro y las pequeñas para determinadas zonas como los ojos o los labios.