Los caprichos, la desobediencia, las peleas entre hermanos y los actos de rebeldía suelen ser la principal causa de las regañinas por parte de los padres. Pero, ¿de qué forma influyen los reproches de los padres en el estado emocional de los pequeños? ¿Tienen una función positiva o negativa?

Según los resultados de algunos estudios llevados a cabo en Estados Unidos, realizados con varias muestras de familias, si los padres regañan con una cierta violencia, pueden influir negativamente en el aspecto emocional del niño, así como repercutir en sus relaciones con los demás cuando llegue a la edad adulta.

Si bien muchos padres consideran que el hecho de regañar al niño va estrechamente ligado a la crianza y la educación de los hijos, es necesario que aprendan a no excederse en el tono. Regañar a un niño con un tono alterado, con insultos y humillaciones, podría desencadenar con el tiempo formas de depresión, falta de autoestima y derivar incluso en comportamientos violentos.