Muchos recién nacidos, especialmente los prematuros, deben pasar un tiempo en las incubadoras, que mantienen su temperatura corporal y permite a los médicos vigilarles de cerca. Pese a los probados beneficios que ofrecen estos aparatos, un equipo del Departamento de Pediatría y Obstetricia de la Universidad de Siena (Italia), señala que la exposición de los recién nacidos a sus campos electromagnéticos puede influir en la frecuencia cardíaca y, quizás, tener efectos a largo plazo.

De momento es sólo una hipótesis, pero los autores indican que conviene realizar estudios en profundidad que digan si se confirma como verdadera o, si por el contrario, no se puede demostrar.

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