Numerosos especialistas coinciden en señalar que no es preciso eliminar por completo el consumo de café durante la gestación, pero sí moderarlo.

El café es una bebida muy popular en nuestro país y de gran consumo entre la población general. A muchas mujeres que son consumidoras habituales de café les supone un gran esfuerzo eliminarlo por completo durante los meses del embarazo. Si la mujer está muy habituada al café, prescindir de forma brusca y totalmente de la cafeína puede provocarle una serie de síntomas como cansancio, irritabilidad, falta de concentración, dolor de cabeza, etc. Por este motivo, los expertos aconsejan la moderación, más que evitar por completo el consumo de café en quienes tienen mucha costumbre de tomarlo.

Distinta cantidad de cafeína

La cafeína es una sustancia estimulante presente en el café y otras bebidas excitantes, y es la responsable del sabor amargo de este producto. Dicha sustancia actúa sobre el sistema nervioso central estimulando la transmisión de impulsos entre las células nerviosas o neuronas.

En el café descafeinado se extrae la mayor parte de la cafeína aunque no se elimina por completo.

No todas las variedades de cafés contienen la misma cantidad de cafeína por lo que es interesante considerar las diferencias entre unos y otros. El café robusta, una de las variedades más consumidas, se emplea en la elaboración de cafés instantáneos y contiene entre un 2% y un 3,5% de cafeína. Sin embargo, el café arábica, considerado el más selecto por su aroma y sabor, tiene, aproximadamente, la mitad de cafeína en su composición si se lo compara con el anterior. En los cafés descafeinados se extrae la mayor parte de la cafeína, pero ésta no se elimina por completo, a diferencia de lo que mucha gente cree. Los descafeinados de máquina pueden tener hasta un 0,1% de cafeína, mientras que los descafeinados solubles hasta un 0,3%. Aunque en comparación con el café natural, esta cantidad es muy pequeña.

Café y embarazo

Durante los meses de gestación no es necesario eliminar por completo el consumo de café siempre y cuando su ingesta sea moderada, lo que se consideran unas dos tazas de café diarias. Esta cantidad de café aporta entre 200 y 300 miligramos de cafeína, cantidad que según indican los expertos no produce ningún efecto nocivo ni para la madre ni para el futuro bebé. Incluso tiene una acción positiva en cuanto a que tonifica al organismo, alivia la fatiga, retrasa el cansancio y favorece las funciones intelectuales.

Sólo en el caso de que la mujer embarazada presente una serie de molestias digestivas, como acidez, pesadez de estómago o náuseas y vómitos, por ejemplo, será aconsejable que prescinda del café y otras bebidas con cafeína. Estos desagradables síntomas suelen ser más frecuentes durante los tres primeros meses de gestación, debido al cambio hormonal que sufre el organismo, y durante los dos o tres últimos meses, como consecuencia de la presión que ejerce el feto sobre el estómago.

La cafeína hace que el estómago secrete mayor cantidad de ácido clorhídrico y de pepsina -sustancia que interviene en la digestión de las proteínas-, lo que explica que las bebidas con cafeína estén desaconsejadas si se sufren trastornos digestivos.

Sustitutos del café

El café se puede sustituir por infusiones como manzanilla, hierbabuena o té suave. Estas infusiones se pueden tomar a cualquier hora del día, sin embargo después de las comidas principales ayudan a mejorar las digestiones. Cuando el calor aprieta en los meses de verano, se pueden acompañar de hielo para conseguir una bebida refrescante. Hay que tener en cuenta que el té contiene una sustancia estimulante, la teína, con idénticos efectos a la cafeína, motivo por el que conviene reducir el tiempo de infusión.

A diferencia del té, la infusión de achicoria no contiene cafeína, presenta un sabor amargo y se puede emplear como sucedáneo del café. La achicoria es una planta cuya raíz se utiliza para hacer infusiones y sus hojas tiernas para elaborar ensaladas.

Para aquellas personas que no tienen costumbre de tomar infusiones o no les atrae su sabor hay otras opciones como las bebidas de cacao con leche, los refrescos, mejor si son light o incluso refrescos caseros.

Refrescarse sin alcohol

Cuando una mujer embarazada ingiere alcohol, éste atraviesa la placenta rápidamente y llega al feto. Dado que el organismo del feto aún es inmaduro, tarda mucho más tiempo en metabolizarlo que una persona adulta. Consecuentemente, el nivel de alcohol en la sangre del feto es más elevado que el de la madre y puede permanecer elevado durante más tiempo. Asimismo, se sabe que el alcohol afecta a la absorción, metabolismo y excreción de varios nutrientes, particularmente magnesio, zinc, cobre, hierro, vitamina B1, ácido fólico, vitamina B12, entre otros, por lo que su consumo puede comprometer los niveles de estos elementos durante el embarazo.