Los expertos recomiendan que hacia los 20 años se empiece el cuidado del contorno de los ojos, para suplir la pérdida de sustancias como el colágeno y la elastina. Para eso existen en el mercado cientos de productos específicos con fórmulas que se adaptan a cada tipo de piel, con el objetivo de hidratarla, nutrirla, suavizarla y protegerla. La mayoría tienen un ligero efecto tensor y son calmantes, descongestionantes y reafirmantes. Antes de usarlos conviene probarlos en otra parte del cuerpo -como detrás de las orejas o en el antebrazo- para evaluar su reacción; si se presenta algún problema dermatológico u oftalmológico, hay que suspender la aplicación y consultar.

Es crucial no aplicarse productos que no sean adecuados para la edad y el tipo de piel, porque cuando necesite usarlos de verdad, ya no le van a servir.

  • DE LOS 20 A LOS 30 AÑOS se deben usar cremas suaves y naturales, a base de agua y extractos de plantas como hamamelis o caléndula. El propósito de estos productos es hidratar.
  • DE LOS 30 A LOS 35 AÑOS hay que usar productos que ayudan a reafirmar. Vienen en crema o gel. Las cremas son, en general, para pieles sensibles y delicadas porque son más hidratantes y nutritivas; los geles se emplean para pieles un poco grasosas o con afecciones como acné, aunque hay geles de última generación que se adaptan a cada tipo de piel.
  • DE LOS 35 A 45 AÑOS se puede seguir usando los mismos productos, o pasar a otros con ingredientes activos más fuertes o de mayor concentración, como el pentavitine o el acetil hexapeptido 3; eso depende de qué tan marcadas están las líneas y del estado de la piel en esa zona.
  • DE LOS 45 EN ADELANTE hay que seguir los cuidados diarios con cremas para pieles maduras. Es útil apoyar esta rutina aplicándose compresas de agua aromática y hacerse limpiezas de piel con un especialista, cada 3 o 4 meses.