Una vez que han expulsado el meconio, durante cuatro o cinco días hacen las llamadas «heces de transición», que, como su nombre sugiere, tienen algunas características de las primeras heces meconiales (verdes oscuras, pastosas y pegajosas), pero progresivamente se van pareciendo más a las normales del bebé.

De todas formas, no puede decirse que haya un solo tipo de heces normales, pues su número, color y consistencia varían en cada bebé; depende, sobre todo, de si toma pecho o biberón.

Con lactancia materna:

  • Pueden hacer tantas deposiciones como tomas; al principio, 8 ó 10 cada día.
  • Son desligadas, grumosas y amarillentas, como una mayonesa cortada.
  • Es normal que lleven moco y también pueden ser algo verdes.

Con lactancia artificial:

  • No suelen hacer más de dos o tres al día.
  • Son más consistentes, como pomada.
  • Su color es amarillento.

Hipo

Lo que más conviene saber del hipo de los bebés es que a ellos no parece molestarles. En principio, el hipo indicaría una eliminación incompleta de los gases que tragan al comer, por lo que tanto para prevenirlo como para intentar que pase, hay que facilitar el eructo del bebé, colocándolo verticalmente, con el abdomen apoyado en el hombro de la persona que le tenga en brazos, y darle unas palmaditas en la espalda.

Estornudos

Una mínima brizna de polvo o un pequeño cambio de temperatura o humedad es capaz de hacer estornudar a los recién nacidos, ya que la mucosa de su nariz es extremadamente sensible. Los estornudos les sirven para mantener despejada la nariz. También pueden ser el signo de un resfriado, pero en ese caso se acompañarían al menos de mucha mucosidad y de obstrucción nasal.

Respiración Ruidosa

Los ruidos respiratorios como silbidos persistentes deben ser valorados por el pediatra, con urgencia si el bebé muestra fatiga o dificultad para respirar a pesar de tener la nariz despejada. Sin embargo, es frecuente que un poco de mucosidad en la garganta del bebe origine ruidos que, al transmitirse a través de los bronquios, parecen venir de su pecho e incluso se notan al poner la mano sobre él, causando la natural alarma. En general, los ruidos realmente originados en los bronquios son persistentes y no desaparecen al cambiar la posición del cuello, mientras que los otros, llamados «ruidos de transmisión de las vías altas», dejan de oírse tras un carraspeo al cambiar el cuello de lado.

Sobresaltos

A veces el bebé levanta los brazos de golpe, como si se diera un susto… ¿significa algo malo? Son sobresaltos normales, a menudo sin motivo aparente y muy corrientes al dejarlos desnudos; cuando son provocados por un ruido, a veces mínimo, vienen estupendamente para saber que oyen bien, aunque en otras ocasiones puedan no inmutarse a pesar de un jaleo monumental.

Temblores de barbilla

Desde luego, si acompañan al llanto son señal de que el niño está sufriendo; pero, por lo demás, no indican enfermedad alguna.

Grupo sanguineo

Cuando los padres no recuerdan las leyes fundamentales de la genética, el grupo sanguíneo de los hijos puede resultarles sorprendente e incluso inquietante, por ejemplo, si el niño es «0» siendo el padre «A» y la madre «B», o su Rh es negativo, cuando ambos progenitores son Rh positivos.

Para comprender cómo esto es posible, hay que recordar que para cada rasgo de nuestro organismo hay dos genes que contienen la información que lo determina, uno procedente de la madre y otro del padre. Refiriéndonos al sistema AB0, esto significa que mientras una persona AB, ha de tener necesariamente un gen A y otro B, y una 0 ha de ser 00, los A pueden ser AA o A0, y los B, BB o B0 (el factor 0 indica la ausencia de A y de B; por eso, una persona con los genes A y 0, será A, y la que tiene B y 0, será B).

Así, cuando un padre A tiene los genes A0, y una madre B, los B0, sus hijos tienen tantas posibilidades de ser A como B, AB o 0.

En el caso del Rh, una persona con Rh negativo es necesariamente «- -«, pero la que tiene positivo puede ser «+ +» o «+ -«; de dos progenitores positivos «+ -«, uno de cada cuatro hijos será negativo.