Siempre que escuchamos la palabra moda, instantáneamente nos imaginamos un vestido o un conjunto de la última colección, o los zapatos que estarán más «in» esta temporada, o los colores de la nueva línea de carteras.

Pensamos en las marcas que constantemente marcan tendencia y que son referencia obligada para estar actualizada como Gucci, Channel, Louis Voutton, Valentino, Galliano, Prada, entre muchas otras.

Pero hay una moda mucho más tecnológica, que podemos ver con auge y en ascenso, y sí, que está marcando tendencias. Nos referimos al teléfono móvil.

Es innegable el crecimiento que ha tenido este elemento en todos sus modelos y marcas: Blackberry, LG, Sonny Ericsson, Samsumg, iPhone, entre otros. Todos tenemos uno, pero más que eso, todos queremos tener el último modelo, el que más aplicaciones nos permite tener, que nos ofrezca más facilidades para comunicarnos y conectarnos con las redes sociales y por supuesto que nos haga ver más fashion.

Sí, fashion, pues no se puede negar que más allá de todas las ventajas ya dichas, el móvil es ahora un accesorio más para nosotras.

Podemos ver en las tiendas millones de elementos para “vestir” el móvil: carcasas de variados y destacados colores, teclas que brillan, forros de diamantes, tonos de llamadas y mensajes, protectores de pantallas personalizados. Todo lo necesario para decir “¡es mío! y estoy a la moda con todo”

No es raro ver por las calles cientos de personas hablando con teléfonos llamativos y elegantes que combinen con la cartera, sandalias, o del color de nuestra laca de uñas o tono de labios, y ¿cómo no decorar algo que está constantemente en nuestras manos y que todos verán? Es la nueva forma de llamar la atención, tan importante como una buena cartera pero con más funcionalidades. Es increíble que incluso este elemento hable tanto de nosotras mismas como lo hace nuestra forma de vestir.

Pero por supuesto, tenemos que recordar que estar de moda, no es necesariamente llevar lo último del mercado, sino estar pendiente de los detalles y tener la actitud de lo que llevemos siempre tenga nuestra estampa personal, y diga: ¡buenas, llegué yo!