El secreto de la eterna juventud podría estar en la hormona melatonina.

Darío Acuña lo investiga. «Se trata de mejorar nuestra calidad de vida», asegura este científico, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada. Acuña lidera un grupo de investigación que trabaja para prolongarnos la juventud.

Según explica, nuestro cuerpo segrega una hormona, la melatonina, de forma natural, aunque en pequeñas cantidades. Este componente es antioxidante y antiinflamatorio, lo que evita el deterioro, tanto físico como cognitivo. Lo malo es que el cuerpo deja de producirla desde los 35 años. «A partir de esa edad podemos equilibrar la pérdida tomando alimentos como cereales, frutas, vino tinto o té verde», explica el profesor Acuña.

Aunque si de verdad queremos aportar la dosis que necesita el cuerpo para no estropearse, debemos ingerirla en cápsulas, «como si fuera un complejo vitamínico más». Sin embargo, su comercialización aún no está permitida en España, a pesar de que se ha probado su eficacia incluso para prevenir y retrasar procesos degenerativos como los aparejados a la enfermedad del párkinson. Acuña la toma desde hace años y dice que le va «fenomenal».