Se trata de un anillo flexible e incoloro que contiene estrógenos y gestágenos, que una vez liberados a muy pequeñas dosis son absorbidos por la vagina.

Se debe insertar el primer día de la menstruación y se retira a las 3 semanas, periodo durante el cual no se debe sacar. La propia mujer puede colocárselo. Es muy sencillo, requiere una técnica semejante a la de insertarse un tampón. Su eficacia anticonceptiva no depende de la posición en la vagina, pues dada su forma y su material se adapta perfectamente. La mujer no siente que lo lleva puesto, y a diferencia de otros métodos, no se requiere que cubra el cuello del útero.

Se ha de mantener durante 3 semanas en la vagina y después debe retirarse, dejando una semana de descanso en el transcurso de la cual suele aparecer el sangrado. Si se desea retrasar la regla se puede prescindir de la semana de descanso y continuar con otro anillo.

Se recomienda realizar anticoncepción de refuerzo durante la primera semana, la primera vez que se utilice e, igualmente, cuando se retrasa más de 7 días la inserción de un nuevo anillo. Tiene pocos efectos adversos y alta eficacia anticonceptiva.