Especialmente en el último trimestre de la gestación, es frecuente que las piernas se hinchen por retención de líquidos.

Piernas cansadas, hinchadas y molestas. La circulación se dificulta y la mujer embarazada se siente incómoda. Asimismo, puede sufrir varices, que generalmente desaparecen después de dar a luz. Para entender cómo la alimentación puede influir en la circulación de la sangre, haciéndola más o menos fluida, previniendo trastornos o aliviando los síntomas que se derivan de una mala circulación, conviene conocer el papel del aparato circulatorio.

El aparato circulatorio está formado por el corazón, las arterias, las venas y los capilares, y se encarga de proporcionar oxígeno y nutrientes a las células a través de la sangre. El corazón bombea sangre oxigenada procedente de los pulmones y la impulsa a través de las arterias y los capilares hacia las células de todo el cuerpo. Tras llegar a su destino, la sangre vuelve al corazón por las venas y se oxigena de nuevo en los pulmones. Por tanto, cualquier elemento que afecte al paso de sangre por los vasos sanguíneos provoca un trastorno en la circulación.

Así, por ejemplo, en la mujer embarazada, el exceso de sodio y la falta de agua son los dos elementos principales que favorecen la retención de líquidos, circunstancia que en gran medida entorpece la circulación de la sangre y acentúa el cansancio, las hemorroides y la celulitis.

La alimentación, tratamiento complementario

Algunos consejos prácticos sobre alimentación ayudan a reducir el riesgo de aparición de varices, a mejorar la circulación de la sangre y a evitar la retención de líquidos, que tiene como consecuencia manifiesta la hinchazón de piernas durante el embarazo.

Sal y alimentos salados:

El exceso de sodio y la falta de agua favorecen la retención de líquidos, entorpecen la circulación sanguínea y acentúan el cansancio y las hemorroides.

Los alimentos que consumimos elaborados en conserva o precocinados llevan demasiada sal y sodio. Es por ello que se recomienda a las mujeres embarazadas que se decanten por los alimentos frescos, sin procesar, sobre todo, si tienden a tener las piernas hinchadas. Además de moderar el consumo de sal a la hora de condimentar los platos, convendrá que eviten aquellos alimentos que más sodio concentran, como conservas y semiconservas, salazones, salmueras y encurtidos (pepinillos, cebolletas o aceitunas, entre otros), embutidos y patés, además de snacks salados tipo patatas fritas y similares.

No obstante, la mujer gestante no debe evitar o limitar en extremo la sal, salvo en casos muy concretos, como hipertensión en el embarazo y siempre bajo supervisión médica y dietética.

Fibra y flavonoides; sustancias vegetales:

Diversos estudios demuestran que una dieta rica en fibra reduce el riesgo de aparición de venas varicosas. Esto sucede porque una dieta pobre en fibra dificulta la defecación, que aumenta el esfuerzo y, a la vez, la presión abdominal y provoca frecuentemente insuficiencia venosa en las piernas. Esta situación debilita tanto las paredes de las venas como la pared del colon o intestino grueso y, en consecuencia, aumenta el riesgo de aparición de varices y de hemorroides.

Una dieta rica en verduras y frutas frescas, legumbres y cereales integrales, frutos secos y frutas desecadas favorece el tránsito intestinal además de mejorar el estreñimiento, tan común en mujeres embarazadas. Se recomienda un consumo abundante de frutas (tres o más piezas al día) y verduras (tanto en la comida como en la cena, como ingrediente de primeros platos o bien como guarnición de los segundos), por su contenido de fibra y flavonoides, estos últimos de acción antiinflamatoria y vasoconstrictora.

Agua y líquidos

El embarazo exige un mayor aporte de agua. Dos terceras partes del peso ganado al final del embarazo son agua. Con una adecuada ingesta de líquidos se facilita la eliminación de toxinas y la depuración del organismo. La bebida ideal es el agua aunque también existen otras opciones saludables como zumos, licuados de fruta y hortalizas, caldos suaves, sopas o infusiones, que permiten conseguir una adecuada hidratación junto con los alimentos que componen la dieta.

CONSEJOS PRÁCTICOS

  • En caso de hinchazón de piernas, es beneficioso tumbarse 2 ó 3 veces al día para reducir la inflamación, de15 a 20 minutos, y acostarse sobre el lado izquierdo del cuerpo para dormir, ya que se favorece el flujo de sangre desde las piernas al corazón.
  • El calor tiene un efecto vasodilatador sobre los pequeños vasos sanguíneos (capilares) que dificulta aún más la circulación. La exposición directa al sol y a las altas temperaturas acentúa el cansancio y pesadez en las piernas. Por el mismo motivo, tampoco son convenientes las saunas y los baños calientes. Tampoco se recomienda utilizar ceras calientes depilatorias; lo adecuado es usar cera fría o crema depilatoria.
  • El agua templada de la ducha que termine con un chorro de agua fría tonifica las piernas.
  • Hacer ejercicios con los pies (caminar de puntillas o flexiones de piernas) para activar la circulación por la noche.
  • Masajearse los pies y las piernas al aplicarse cremas adecuadas siempre del tobillo al muslo.
  • Levantar las piernas cuando se está sentada y al dormir con ayuda de una pequeña almohada debajo de los pies.
  • Evitar cruzar las piernas durante mucho tiempo.
  • Emplear ropa cómoda: calcetines y medias que no opriman y zapatos amplios.
  • Para prevenir la aparición de varices se aconseja utilizar medias elásticas, cuyas características y uso deberá determinar el médico.

ADVERTENCIAS

  • Si la mujer presenta un edema exagerado en piernas, brazos y cara, debe consultar de inmediato a su médico.
  • Si aparece hipertensión, se le prescribirá una dieta específica y puede ser necesario el empleo de fármacos, recetados por bajo prescripción facultativa.
  • Así mismo, en dichas circunstancias puede ser necesario que la mujer embarazada permanezca en reposo.