EL «ENFANT TERRIBLE» DE LA MODA

Entre el uniforme de masas y el escaparate soñado de los desfiles-espectáculos, Jean Paul Gaultier sigue convencido de que la moda conservará siempre un lugar especial: «Es una necesidad de reconocimiento visual, de reivindicación misma». Pero el diseñador rechaza ser categorizado como un político o un provocador. Este hombre de convicciones se define más bien como un contestatario. El iconoclasta militante cuestiona sistemáticamente los clichés, las normas, los códigos, las convenciones y las tradiciones que él versiona, aplaza, invierte y destruye para reinventarlas mejor.

EL PARÍS DE JEAN PAUL GAULTIER

París es la tierra prometida del joven habitante de las afueras, hechizado por el exuberante teatro de la vida. Ya en su carrera como diseñador, no se cansa de mostrar toda su riqueza, aportando una visión nueva sobre un tema tratado una y otra vez, como es la Ciudad Luz. La ciudad resplandeciente de los faustos del lujo no le basta. Él la quiere gris y blanca, con sus adoquines mojados, con sus barrios populares y sus zonas oscuras. Con Gaultier, el París de los suburbios variopintos se mezcla con el de los círculos relucientes de la alta sociedad.

EL «BOUDOIR»

Dos conceptos marcan los hitos de la obra de Jean Paul Gaultier: el corsé reinventado y la falda para hombre. Él exhumó de los armarios de su abuela materna, Marie, los corsés del siglo XX y la lencería de los años 1940. Al trabajar el corsé, pudo brindar los atributos de la feminidad a las que carecían de ellos. Lejos de ser un instrumento de tortura que aprisiona el cuerpo de la mujer, el corsé encarna ahora el nuevo poder femenino.

EL CULTO DE LOS CUERPOS

A principios de los años 1980, Jean Paul Gaultier propone la multiplicidad de géneros, un amplio abanico que abarca incluso a los hipersexuados y transexuales. Y lanza un formidable mensaje de libertad: ¡sé tú mismo, más allá de las características que la naturaleza y la educación te hayan dado! En lugar de la sueca blanca y diáfana, impuso la modelo de carácter. Los castings salvajes que organiza completan la selección de las agencias de modelos.

JUNGLA URBANA

Jean Paul Gaultier es un viajero benevolente, curioso por todo, a quien fascinan las diferencias. Los mundos aún no abordados por la estandarización de la moda son sus terrenos de exploración artística. Mediante transposiciones, desviaciones y ensamblajes, da forma a mestizajes transfronterizos. Desde la colección La vuelta del estampado (prêt-à-porter Mujer primavera-verano 1984), Gaultier crea una fusión entre África y Europa, mezclando túnicas o minifaldas en bubús y cubriendo las cabezas de sus modelos con sombreros tipo fez.

METROPOLIS

En su infancia, Jean Paul Gaultier ya era un apasionado por el cine y los musicales. La moda le interesaba solo por la posibilidad de hacer un espectáculo. Ha diseñado una gran cantidad de vestuarios de películas, danza y teatro. El secreto de su popularidad reside sin dudas en su capacidad de escucha y de trabajo en armonía con los artistas.