¿Cuál es la diferencia entre amor y pasión? Un estudio reciente descubrió que la pasión, todo un tumulto de emociones, dura generalmente de 12 a 18 meses.

Cuando nos acostumbramos a lo cotidiano, la pasión empieza a disminuir y es sustituido por sentimientos de cariño, unión y serenidad con el ser amado.

Todo esto nos lo cuenta la antropóloga estadounidense Helen Fisher en su libro: Por qué amamos.

Se ha descubierto que la pasión dura máximo 18 meses, y con la vida cotidiana es sustituida por el amor y la unión.

Qué es la pasión

Más que una emoción, la pasión es una fuerte motivación que nos impulsa y nos dirige con el fin de satisfacer la necesidad biológica de reproducirnos.

La pasión es insistente y difícil de desaparecer, y cuando es correspondida le añadimos emociones como la ilusión.

¿Qué es la pasión? La pasión está mezclada con el impulso sexual, pero es muy diferente a éste.

Muchas personas confunden la pasión con desahogo sexual, pero la pasión y el anhelo de satisfacción sexual se encuentran en distintas zonas del cerebro.

Qué es el amor

Es más que evidente que existe una gran diferencia entre amor y pasión, y no debemos confundir sentimientos que son completamente distintos.

A medida que la relación de pareja se alarga, la pasión empieza a cambiar, con el tiempo se va calmando y convirtiendo en un amor profundo.

Se van disolviendo aquellas fuertes emociones, el éxtasis, el anhelo desmedido, el pensamiento obsesivo, la energía intensa.

Las parejas ya no pasan todo el tiempo mirándose y acariciándose. Pero la pasión se va transformando en sentimientos de seguridad y comodidad.

La pasión se transforma en una sensación de calma, en una unión satisfactoria y feliz con alguien cuya vida está estrechamente entrelazada con la tuya.

«Los años logran que el fuego se enfríe y que los corazones ya no ardan, pero se aman el uno al otro de una forma distinta, más cálida y confiada. Lo que perdura es un cariño y una amistad muy profundos, un sentimiento de vínculo por esa larga convivencia», afirma la antropóloga.

Amor y pasión: por qué la pasión se extingue

Si la pasión en la relación fuera eterna, pasaríamos años volcados en la adoración obsesiva del otro. No podríamos concentrarnos en nada más que no fuera nuestra relación, y sería perjudicial para las actividades diarias.

Moriríamos de agotamiento, porque la pasión intensa consume un tiempo y energías enormes. Por lo tanto, nuestro cerebro calma la tormenta de la pasión romántica y nos proporciona la tranquilidad.

De hecho, este sentimiento tan intenso, no vuelve hasta que nos enamorarnos de otra persona y formamos un nuevo vínculo.

Amor y pasión

La gran cantidad de infidelidades y divorcios en todo el mundo es consecuencia de nuestro impulso de enamorarnos una y otra vez.

En nuestro cerebro se desarrollan impulsos de amor calmado y confiado con alguien que tiene nuestras mismas motivaciones. Esto nos empuja a permanecer emocionalmente unidos durante el tiempo suficiente para criar juntos a un hijo durante su infancia.

Todo esto pone de manifiesto la significante diferencia entre amor y pasión, y como un sentimiento descontrolado evoluciona en algo más estable.

La separación de la pareja

Cuando la relación se ha vuelto estable, cómoda y segura, y cuando la euforia de la pasión ha decaído, puede aparecer la idea de separación.

La mayoría de los matrimonios se acostumbran a una relación duradera que carece del goce de la pasión. Algunos acuden a terapia para intentar renovar la pasión entre ellos, otros buscan un romance extramatrimonial y muchos se divorcian.

Como asegura Fisher, «muchas veces pasión y amor no se concentran en la misma persona. Puedes sentir un gran amor por alguien de hace mucho tiempo, y una pasión incontrolable por alguien a quien conociste recientemente».

También existe la modalidad del “doble amor”, en la que los miembros de la pareja siguen juntos, pero también establecen relación con otras personas.

Como la relación de pareja ya no cubre sus necesidades de pasión, pero no quieren desplazar esa relación duradera, son sinceros y llegan al acuerdo de tener un romance simultáneo con otra persona.

Así intentan disfrutar el cariño con la pareja y la pasión con otra persona. Sin embargo, el “doble amor” es utópico, porque el ser humano por naturaleza es celoso y no comparte su amor con gusto.

Cuando se practica el “doble amor”, pasamos mucho tiempo sufriendo nuestros propios sentimientos de posesión.

Pasión y amor eternos

Existen algunas relaciones de pareja largas en las que la pasión vuelve a ser intensa en los momentos de novedad o aventura como las vacaciones o las situaciones distintas a la vida cotidiana. Pero también hay parejas que llevan casadas más de 20 años y se mantienen enamoradas hasta el fin de sus días.

En ellas, pasión y amor los mantienen juntos muchos años en una unión duradera. Son compañeros, comparten su intimidad y además saben equilibrar bien la autonomía con la cercanía… ¡qué suerte tienen!

Conservar amor y pasión

Parece más que evidente la gran diferencia entre amor y pasión, y que debemos esforzarnos por conservar ambos sentimientos a lo largo de nuestra relación.

Pasión y amor requieren un esfuerzo constante, encontrando momentos íntimos que los refuercen en el tiempo. A veces, los hijos, las circunstancias o el trabajo entorpecen la consolidación de la relación sentimental.

Es importante, cuidar la intimidad afectiva, planificar citas románticas, viajes, volver a descubrir y alimentar la pasión romántica.

Muchas veces, los miedos, los complejos, la falta de sinceridad sobre los anhelos de cada uno nos arrastran a la monotonía y al aburrimiento. Debemos concedernos tiempo, saber escuchar y estar dispuestos a sacrificar parte de nuestros propios egoísmos.